El español es muy flexible en el orden de las partes de la oración. Esto puede facilitar las cosas pero también puede ser muy confuso porque las comas pueden ser MUY importantes para entender el sentido. Acá van dos ejemplo de lo preligroso que es mover una coma.
La primera es una pequeña historia de Sarmiento (no sólo es una calle sino que fue uno de los mejor escritores argentinos y un político algo bizarro)
Sarmiento llegó a una escuela y vio que
los estudiantes eran buenos en Geografía, Historia y Matemáticas pero
no tan buenos en Gramática y se lo dijo al maestro. El maestro,
asombrado, le dijo:
- No creo que sean importantes los signos de puntuación.
- ¿Que no? – respondió Sarmiento – Le daré un ejemplo-. Tomó una tiza y escribió en el pizarrón:
“El maestro dice el inspector es un ignorante”.
- Yo nunca diría eso de usted, señor Sarmiento.
- Yo sí-, dijo Sarmiento tomando una tiza y cambiando de lugar la coma. La frase quedó así:
“El maestro, dice el inspector, es un ignorante.”
(‘VIDA DE SARMIENTO’, Manuel Gálvez)
La segunda es una frase que cambia de significado con facilidad si la lee un hombre o una mujer. Vos, ¿dónde pondrías la coma?
“Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría en cuatro patas en su búsqueda”
En general, los hombres ponen la coma después de “tiene” y las mujeres, después de “mujer”.
* La frase del título es de Julio Cortázar.Fuente:http://spanishlessonsbuenosaires.wordpress.com
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